Recuerda que debes utilizar tu cuerpo como un vehículo para despertar tu consciencia. Puede ser algo tan sencillo como prestar atención a tu postura. ¿Cuáles son las sensaciones que, en este momento, tienes de tu cuerpo? Siente, cuando concluyas la lectura los movimientos de tu cuerpo al moverte y dirigirte a la próxima actividad
Permanece atento a tu cuerpo mientras te mueves, tomas algo o te giras. Así de simple. Practica pacientemente sintiendo, dándote cuenta de lo que hay (y ten presente que tu cuerpo siempre está ahí), familiarizándote con los más pequeños movimientos que llevas a cabo hasta que estos se conviertan en tu segunda naturaleza.
Cuando quieras tomar algo, hazlo simplemente sin necesidad de realizar ningún esfuerzo extra. Observa simplemente lo que haces. Estás moviéndote.¿Puedes ejercitarte en estar simplemente ahí y sentirlo?
Es muy sencillo.
Practica llevando de nuevo, una y otra vez, tu atención al cuerpo. Este esfuerzo básico que, paradójicamente, consiste en relajarte en el momento presente, te proporciona la clave para expandir la conciencia desde los períodos de meditación formal hasta vivir con atención plena en el mundo. No subestimes el poder derivado de sentir, a lo largo del día, los movimientos simples de tu cuerpo.
Puedes seguir con la práctica del recorrido del cuerpo.